SINDROME DEL GRADUANDO

El Síndrome del Graduando es cuando dejas de ir con la corriente y te empiezas a dar cuenta de que hay muchas cosas sobre ti mismo(a) que no conocías y que pueden o no gustarte.
Te empiezas a sentir inseguro(a) y te preguntas dónde estarás en dos o tres años, y te da miedo porque de casualidad sabes dónde estás ahora.
Te das cuenta de que hay gente realmente mala en este mundo, y que aquellos amigos(a) que tu creías eran cercanos a ti no son las mejores personas que has conocido, o quizás te das cuenta que aquellas personitas son tan pero tan importantes que no vas a saber que hacer sin ellas, o tal vez te das cuenta que has perdido contacto con muchas de las personas realmente maravillosas de tu vida.
Pero no es que tus amigos(a) sean malos(a), sino que ellos(a) mismos(a) se están dando cuenta de las mismas cosas que tú te estás dando cuenta y aunque parezcan a veces hipócritas, fríos o crueles en el fondo están tan confundidos(a) como tú, por eso debemos hablar 100pre.
Ves la carrera que decidiste tomar y ni se parece a aquella grandeza con la que soñabas cuando eras chiquitico(a), y te das cuenta que tienes que empezar desde cero y eso también da miedo.
Empiezas a extrañar la comodidad y la seguridad que te ofrecía el colegio, los grupos de amigos(a), y socializar con las mismas personas constantemente, y te das cuenta que el cambio con el que sueñas va a ser más difícil de manejar de lo que creías.
En segundo estás seguro(a) de que te quieres ir del colegio, y al próximo quieres aferrarte a un uniforme, un pupitre, a la cantina, los profes, las monjas o los curas, y a los reportes por llegar tarde a clases.
Te ríes y lloras con una fuerza increíble. Te sientes solo(a), asustad(a) y confundido(a).
De repente el cambio es tu enemigo y te tratas de agarrar a un pasado cada vez más distante, y te das cuenta de que tienes dos opciones: quedarte dónde estás o seguir adelante.
Retroceder no es posible.
Te rompen el corazón y te preguntas como alguien a quien quisiste mucho puede hacerte tanto daño, o quizás eres el otro extremo y te quedas acostado(a) solo(a) en tu cama preguntándote por qué no has conocido a nadie que realmente valga la pena, y notas que pasaste tu vida convenciéndote de que no querías atarte a nadie y que quizás por eso perdiste la oportunidad fantástica de querer a alguien realmente.
Quieres tu independencia pero de repente la idea de tener la estabilidad de otra persona en quien apoyarte y depender no parece tan malo.
Quieres enfrentarte solo(a) al mundo y a la vez tener a alguien que te cuide y proteja siempre.
Te repites una y otra vez las mismas preguntas y hablas con tus amigos(a) de las mismas cosas porque nunca puedes llegar a una conclusión o una decisión sobre las cosas realmente importantes.
Te preocupa el dinero, el futuro y hacer una vida para ti misma y te das cuenta que, aún cuando ganar la carrera que es la vida suena excelente, por ahora lo que más te preocupa es simplemente empezar a correrla.
Estás en el momento cumbre, y no sabes si es el mejor o el peor momento de tu vida. Por eso prefieres actuar de forma inmadura, y ser malcriada, REBELDE y tomar riesgos innecesarios. Y es que a esta edad te das cuenta de que tienes que vivir tus últimos minutos de niñez, porque después de Julio te toca tomar decisiones para el resto de tu vida y cuando las cosas se ponen feas no puedes refugiarte en brazos de nadie y acusar a la gente mala con tu mamá no va a terminar con la crueldad del mundo y un besito de mamá en el sitio donde te lastimaron no va a aliviar tu dolor.
De ahora en adelante tienes que enfrentarte a la realidad de la vida no tan color de rosa.
Porque a los 16, 17 o 18, siendo un niño(a) tienes que ser un adulto.
¡EXITO de ahora en adelante!